jueves, 26 de febrero de 2009

















1 comentario:

Bruno dijo...

Estoy perdido en un desierto, donde hay una tormenta de arena.
Ésta tapó toda señal de vida y de sentimientos.
El viento se llevo a otro lado todo lo que alguna vez vivió
en ese lugar, ahora abandonado y corroído por el tiempo.
El cielo no se ve, la tierra desapareció y la arena cubrió todo
lo que en aquel paraíso parecía eterno.
¿Qué fué de mí? La tormenta me arrastro muy lejos en un
torbellino destructivo y caótico.

Recuerdo ese lugar, que corría por los verdes prados
hacia los misteriosos bosques, los lindes de las montañas
donde solía jugar con los pajaritos que vivían el lugar, belleza
inexplorada y salvaje.
Siempre sonaba música, y el mundo parecía bailar a su compás
despreocupado y feliz.
Yo Amaba profundamente estar en ese lugar lleno de vida,
el aroma de las flores, el verde de los pastos, la pureza de sus
aguas, la inmensidad de su cielo y todos los seres que reinaban
aquella misteriosa tierra que parecía ser de ensueño.
Agradezco haber podido estar en ese lugar, en donde todo
despedía un cariño sin límites.

Pero fue en ese momento, se avecinaba una extraña tormenta,
todos los animales fueron a protegerse de una inevitable
desaparición.. Surgió un trueno con un sonido oxidado, que
parecía una voz gutral y enfermiza.
Así comenzo el cielo a derramar su llanto imparable y la lluvia
imponente y destructiva inició su rapida limpieza.
No quedó nada de lo que fue ese hermoso valle.. La tempestad
eterna no cedió y aumento su potencia transformando todo en
un desierto mortal.

Luego de ser arrastrado, no tuve fuerzas para levantarme.
Dormí por meses, desmayado por el impacto que me había producído
la caída de aquel estruendo.
La niebla había dominado el lugar, una niebla frondoza que se
movía constantemente por los fuertes vientos.

Estaba solo..

Perdido..

Abandonado..

¿Como estaría Ella?

Las preguntas innundaron toda mi mente y comenzaron
a tantear ese nuevo mundo buscando donde podía encontrarse.
Debía encontrarla cueste lo que cueste, porque es mi otra mitad
y mi decición de permanecer en este vacío tormentoso, mi razon
por la que decidí quedarme.

Buscandola por meses, en recónditos sitios me cruzé con amigos de antes.
Los perros, los pajaritos y otros seres del antiguo lugar. Ahora demacrados
y faltos del cariño que les proporcionaba su pasado.
Fue así que un día de esos oscuros y rutinarios, buscandola sin descanzo,
me cruze con alguien que reconocí al instante... Era Él...

Estába marcado por la travesía, sus ropas gastadas y roídas por las duras
jornadas de viajes sin sentido, los cuales endurecieron sus gestos y le
otorgaron grandes lecciones de vida. Su Cabello volaba junto al viento.
En apariencia estaba descuidado, pero su determinación era impresionante,
como nunca lo fué. Reducido al silencio, su mirada me comunicaba todos
sus sentimientos y confesiones.

Le pregunté a Él que hacía allí, y él me observo detenídamente, yo siempre
lo tenía presente, ya que yo era él, y por lo tanto estaba ligado a él. Lo miré
nuevamente a sus ojos, esos ojos marrones que decían todo, y el me sonrió.
Una sonrisa de paz pura, sin inquietudes.

Ahi el me habló por primera vez desde el encuentro.

-: La estoy buscandola a Ella, compañero.

Decidí unirme nuevamente con Él. Ingresé nuevamente en su pecho, y comenzé a
latir.. La calidez me inundo nuevamente, y yo le di nuevas fuerzas para continuar
el trayecto.

"Voy a permanecer en tu mente, a permanecer en tu corazón, buscandote, intentando
descubrirte, y que me descubras. Acompañarte en tus peleas mas duras, ser tu
descanzo y tu companía, y demostrar que Yo soy para vos. Coloco mi vida completa
en fervor de cumplir mis metas y pelearla, con tenacidad y valor que nunca nadie se
atrevió a tener.. Permíteme volver a encontrar tu corazón"

De esta manera, en este desierto infinito. Comenzó su viaje..